Esta es la historia de los dos caminos. Un cuento.

Una hermosa princesa  se encontraba caminando muy muy triste y sola por el bosque. Hasta que encuentra que su sendero  se bifurca  entre dos caminos. Con sorpresa vió que en el medio de esos dos caminos se encontraba sentado en el troco de un árbol un duende verde chiquito y medio feo. Como todos los duendes.

-Buen día don duende saluda ella amablemente. Quisiera tomar uno de esos dos caminos.
– Buen día princesita, responde el verdoso. Puedes tomar el  te plazca, pero la decisión la tienes que tomar tú.  Volver y tomar el otro también puedes.

Sin titubeos la princesa tomó el de la izquierda. Al fin y al cabo parecían los dos iguales.

Dos caminos. El de la izquierda

A medida que la princesa avanzaba  unos 200 metros se encuentra con una pizzería. Tenía hambre así que decidió comer una porción. Cuando fue a tomarla entre sus manos la pizza desapareció y la pizzería también.

Sorprendida, siguió su camino y  pronto se encontró con una heladería. Dispuesta a tomarse un helado, ocurrió lo mismo. Desapareció todo. Y así aparecieron panadería, restaurant, fiambrería. Y así como aparecían, también desaparecían de entre sus manos.

Caminó  largo trecho, ofuscada, porque siempre le pasaba lo mismo. Pero encuentra en el final del camino un hermoso lago de aguas transparentes. Con  flores y patitos nadando.¡ Imagínense! Todo como un cuento de hadas. Decide mirarse entonces en las aguas del lago. El  le refleja una imagen hermosa de su cara y su cuerpo. Estalló de felicidad y se emocionó. Esto de los dos caminos me gusta dijo. Y salió corriendo para tomar el otro.

Dos caminos. El de la derecha

La princesa comienza entonces su caminata y se encuentra nuevamente con la misma pizzería. Ahora si le entro…pensó. Aunque un poco desconfiada porque en el anterior camino todo desaparecía. Pero curiosamente en este no desapareció y pudo comerse una porción. Luego apareció la heladería y con el calor que hacía un heladito le vino bien. Ya que entre los dos caminos en el de la derecha nada desaparecía.

Entonces el  camino terminó y apareció el mismo lago que les conté al principio. Ella contenta se reclinó para verse en las aguas. Esperando que ellas le reflejaran esa satisfacción de verse tan bien. Pero no sucedió. El río espejado le reflejó lo que ella había caminado en su largo trecho por ese camino. No le gustó ni su cuerpo ni su rostro. Y obvio se había comido hasta algún pato que andaba suelto por el río

Obesidad y los dos caminos:

Si sos la bella princesa te cuento. Existen dos caminos, como dijo el duende. Sin embargo podés pasar del uno al otro. Estos dos caminos no son solo de ida. Naturalmente. Si estás siempre  solo en el de la derecha el lago te reflejará el producto de tu camino.

Pero pensá bella princesa que solo el de la izquierda tampoco es bueno.

Lo mejor es alternar entre los dos caminos. Así llevás una vida alegre y el lago se encarga de mostrártelo. Eso tenelo por seguro. Vamos bella princesa triste. ¡Vos podés!

Para Puedo Adelgazar.Esteban Marinho

“Los Dos Caminos”