Vitamina D, resistencia a la insulina y obesidad. Un triángulo no tan amoroso. La deficiencia de vitamina D es muy frecuente,  sobretodo en poblaciones urbanas, donde la exposición solar parece mínima. Aún en países tropicales, la exposición solar es insuficiente, incluso en niños. En la última década se puesto foco en la vitamina D. Más allá de su rol en la homeostasis del calcio y el metabolismo óseo. Los niveles inadecuados de vitamina D se han asociado con cáncer, diabetes, disfunción cognitiva, depresión y enfermedades cardiovasculares

Vitamina D, resistencia a la insulina y obesidad: Triangulando el problema

La principal función de la vitamina D es mantener en nuestra sangre buenos niveles de calcio y fósforo, a través de su absorción intestinal. Niveles bajos de Calcio pueden alterar diversos procesos celulares, la función neuromuscular y la formación de huesos. Por lo tanto la deficiencia de vitamina D, se asocia a osteoporosis.

La deficiencia de vitamina D mostró asociación con dos variables que identifican el riesgo metabólico: la resistencia a la insulina y la hipertrigliceridemia. Lo que podría explicar la posible relación de esta vitamina con enfermedades cardiovasculares.

La vitamina D  favorece la sensibilidad a la insulina estimulando la expresión de los receptores de insulina. La deficiencia de vitamina D se encuentra asociada con la función de las células beta del páncreas y la resistencia a la insulina. Podría afectar el metabolismo de las lipoproteínas y conducir a un aumento en los triglicéridos. Así como una disminución en el nivel de HDL (Colesterol Protector)

En cuanto a la obesidad, existen reportes que señalan una disminución de vitamina D en personas obesas, tanto adultas como en niños. Probablemente debido a la captación de vitamina D por el tejido adiposo. Por lo tanto su disponibilidad está reducida. Hay una relación inversa entre las concentraciones de vitamina y el índice de masa corporal (IMC). Sobre todo cuando éste es alto.

Vitamina D, resistencia a la insulina y obesidad: Recomendación

El 90% de la mayor absorción de vitamina D, se logra por exposición solar. Claro que depende de la estación del año. En verano basta con 10-15 minutos diarios. Los alimentos ricos en vitamina D son los lácteos, la yema del huevo y fundamentalmente los pescados grasos como el salmón y las sardinas. Así que una razón más para incorporarlos, sí?

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Raquel Medina para Puedo Adelgazar: Vitamina D, resistencia a la insulina y obesidad