El cerebro de un perro es más simple que el nuestro, pero paradójicamente es más feliz. Yo me he encargado de observarlos detenidamente a mis perri-hijos. Les puedo asegurar que el cerebro de un perro no tiene nada que envidiarle al del cerebro humano. Les voy a contar algunas anécdotas para que comparen y lleguen a una conclusión.

El cerebro de un perro:Comenzamos

Mis perritos son Olivia y Atahulfo. Olivia es una Cockercita y Atahulfo un Pitbull. Atahulfo  fue rescatado de estar dos años encadenado a la intemperie sin comida, agua y fundamentalmente sin amor.
Nosotros tenemos tres cerebros en realidad. Aunque algunos parezcan que tienen un cuarto de cerebro. ¿O no?. El cerebro de un perro tiene más desarrollado el cerebro mamífero que es el que se encarga de las emociones. Por eso te aman. Los humanos tenemos más desarrollada la corteza cerebral que es la que razona y piensa. Pero también  se preocupa hasta por las dudas. Planifica y vive permanentemente pensando una cosa atrás de la otra.

Esta condición hace que el cerebro del perro viva más el presente que el cerebro humano. Si a Olivia la sacás a pasear,  sale pasea y disfruta. Solo piensa en el paseo y no en que mañana se tiene que levantar temprano o si cargó la sube. Pasea y punto. Vos que te creés un vivo bárbaro llevás a pasear a Olivia y a todos tus problemas junto con ella. Como si pensar en los problemas se fuesen a arreglar en los 15 minutos que tu perro lo pasa bomba y vos pensando si mañana va a llover.

Punto para el cerebro de un perro: Ellos disfrutan el momento y vos no. Vivís en el pasado y en el futuro. Nunca en el presente que es lo único real. Lo demás no existe. Ergo si vivís en el pasado y en el futuro, que no existen, vos tampoco existís mucho que digamos.

El cerebro de un perro en Obesidad

Olivia come de todo y le encantan todas, absolutamente todas las verduras. Atahulfo cuando recién llegó ( hace 6 meses) si no era balanceado o carne te daba vuelta la cara. Vió entonces que Olivia se sentaba en la cocina para recibir en la boca zapallitos, zapallo, brócoli, frutas. Al ver que las recibía con cariño, el tipo se avivó, se sentó al lado y fue probando y ahora come verduras. Si se lo das con amor, con cariño y palabras amigables imitan y aprenden mucho más rápido que los seres humanos. El cómo se lo das es más importante que lo que le das. Lógico si querés enchufarle una cucharada de acelga de prepo y capaz que no salgas muy bien parado. Eso lo pueden chequear en este enlace de neuronas en espejo. Otro punto para el cerebro del perro.

Y como para que le tengamos un poco más de envidia, el perro no labura, se levanta a la hora que quiere, come sin pagar, pasea, hace caca y pis donde quiere. Tampoco le importa el dólar ni el riesgo país y encima te hace y es feliz con lo que tiene que no es poco.

¡Puntazo para el cerebro del perro!

El cerebro de un perro: Conclusiones

Si vos querés cambiar tus hábitos alimentarios, necesitás aprender a utilizar tu cerebro mamífero. Es decir, vivir el presente y menos el pasado y futuro. Eso evita el estrés y la ansiedad. Disfrutar de las cosas buenas que te da la vida. No solo pensar en la comida y en los problemas reales e inventados. Y lograr un ambiente favorable. Con afecto. El cual te permita comer sano sin que te quieras suicidar por comer de vez en cuando una tortilla o una ensalada.

Nutrisaludos!

Dr Esteban Marinho para Puedo Adelgazar: El Cerebro de un Perro