La vida de Juan o la suya? Hoy les contaré una breve historia, verídica por cierto. Se trata de un paciente que actualmente concurre a nuestro consultorio.

Mi paciente al que le daremos el nombre artístico de Juan tiene cerca de unos 60 años y aproximadamente unos 140 kg. de peso

Juan trabaja. ¡Y como trabaja!  Solo hace eso….. trabajar. Es dueño de una pequeña empresa, con unos 50 empleados y se hace cargo absolutamente de todo lo relacionado a su empresa. No delega nada. Todo lo realiza él en su pequeña libretita. Nunca sale de vacaciones, no va al cine, ni al teatro. Obviamente su situación económica es realmente mucho más que buena.

Realizar el tratamiento le resulta muy dificil, debería concurrir al consultorio con más frecuencia, pero sus reuniones empresariales y por supuesto el trabajo…trabajo y más trabajo le impiden lograr esa regularidad necesaria.

Su único cable a tierra son las  reuniones familiares los fines de semana. Esas reuniones familiares cuyo nexo común es…adivinaron bien: ¡ La comida y la bebida en abundancia! Al consultorio concurre cuando puede y como se ausenta seguido obtiene resultados a medias. Más bien diría pocos resultados.

Es obvio que no obtendrá los resultados deseados ya que no le da a su cuerpo ese tiempo que sí le brinda a su pequeña empresa.

 Ayer precisamente  concurrió al consultorio, después de 15 días de ausencia. Llegaba agitado, siempre llega agitado. Mover 140 kg para un corazón, pulmones, huesos y músculos que deberían  responder a un cuerpo de 85 kg no es fácil.

-Esteban, me dijo:
– Me podes tomar la presión.( Yo no sé porque todos los pacientes cuando se sienten mal, piden que les tome la presión).
Procedo obviamente.
– Está normal Juan
-Es que tengo un dolor en el pecho. Y se toca con el dedo índice la zona

Comienzo tranquilo con el interrogatorio. Por medio del interrogatorio en Medicina se debe llegar al 80% de los diagnósticos y rápidamente me di cuenta que su dolor era de origen muscular. Descarte lo cardiológico que era lo que realmente me preocupaba.

Luego de tranquilizarlo; como era mi último paciente;  me extendí más tiempo de lo acostumbrado. Creo que ameritaba ya que tomé ese dolor muscular como punto de partida a un llamado a la reflexión. Estuvimos cerca de una hora conversando. Parte del contenido de nuestra conversación  se encuentra en este video  y en este artículo  ( el link esta al final del artículo). Espero que les sirva a los que estan viviendo la misma situación que Juan  y tienen deseos de cambiar.

¿La vida de Juan o la suya?

Los dejo con esta cita que refleja sabiamente al hombre de las grandes ciudades:

“Lo que mas me sorprende del hombre occidental  es que pierden la salud para ganar dinero, después pierden el dinero para recuperar la salud.
Y por pensar ansiosamente en el futuro no disfrutan el presente, por lo que no viven, ni el presente ni el futuro. Y viven como si no tuviesen que morir nunca, y mueren como si nunca hubieran vivido”.
Dalai Lama

Clik aquí: Conversación con Juan